Un día apareció un gato. Y le dimos de comer…
Otro día, llegaron tres bebés, y les hicimos un pequeño refugio…
Después llegó una gata. Y supimos que había que esterilizar…
…Y siguieron llegando…
…Los callejeros…
…Los invisibles…
…Los abandonados…
Y vimos que La Colonia de Tika había nacido, y decidimos protegerla.
Así que le dimos forma y nos unimos a otros locos idealistas como nosotros que gestionaban en solitario sus propias colonias. Porque sabemos que la unión hace la fuerza, y que juntos podemos ayudar a más gatos. Intentaremos darle una voz a los olvidados.
Porque..
“La travesía de mil millas comienza con un paso”
Lao-Tsé – Tao Te Ching, capítulo 64